Despierto tan deshecho,
que me cuesta abrir los ojos para ver la mañana,
recuerdo los gritos antes de cerrarlos,
diciendo que no es mi problema,
camino en la calle y veo la escena,
aquella que no era mi problema,
me culpo por estas tragedias,
que todos los dias pasan a mi alrededor,
inocentes que no tuvieron que estar en ese momento.
Me detengo y los miro a los ojos,
estos todavia contienen algunas lagrimas,
me pregunto cual habra sido el dolor,
que arma fue que abrieron esas heridas.
En esta noche los gritos ahogados,
terminaran por despertarme en altas horas,
sus soyosos todavia estaran acongojados,
a su pesar, mis lagrimas seran pocas,
porque no pude ayudar a quien nunca me lo pidio,
y terminaron en un triste suicidio.
Esto es un adios,
para todas aquellas noches,
cerrando una puerta hacia el olvido,
recordando y olvidando estas emociones.
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