miércoles, 27 de marzo de 2013

Nota: 229


Una ciudad, una sombra grande,
entre sombras ocultandose entre arboles,
susurros perdidos y llevados por el viento,
una vida se va acabando con el tiempo,
mi mente se va perdiendo entre sus recuerdos,
ella, es mi noche, mi luna, mi soledad,
yo, fui quien quizo luchar, para poderla liberar.
Dios,
sigue compartiendo su sufrimiento,
sin seguir dandonos su perdon,
nos dejo en silencio y con frio,
ya no llora la perdida,
ya no festeja, solo mira como lo devora la apatia.
Una ciudad, muchos pecados,
sigo escuchando las voces de muchos callados,
en la oscuridad sigo siendo una sombra mas,
insignificante para tu humildad,
escuchaste mis deseos, y me humillaste por eso,
sigo encontrandome totalmente perdido,
lagrimas nocturnas, y tu gracia, una vida sin paz,
una mente tan torcida, perjudicada por la verdad,
una pelea perdida sin tirar el primer golpe,
ojos ciegos ante el silencio de las voces,
callados por esos actos atroces,
condenado a ser complice.

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